EFICACIA CLÍNICA Y SEGURIDAD A LARGO PLAZO EN EL TRATAMIENTO DE LA ENDOMETRIOSIS

El dienogest es una progestina de cuarta generación aprobada para el tratamiento de la endometriosis. 1-4
El objetivo principal del tratamiento de la endometriosis es el manejo de los síntomas, dado que estos afectan la calidad de vida de las mujeres (Figura 1).3, 4
Las progestinas se encuentran en la primera línea para el tratamiento del dolor asociado a la endometriosis.4, 6-8
Figura 1. Síntomas de la endometriosis 3

- Dolor Pélvico crónico
- Dismenorrea
- Dispareunia
- Disquecia
- Disuria
- Fatiga
- Infertilidad
Lo síntomas asociados a la endometriosis afectan de forma negativa la calidad de vida de las mujeres.3, 5
El tratamiento a largo plazo de la endometriosis debe equilibrar la eficacia clínica con la seguridad.4
Desde el año 2009 el dienogest de 2 mg fue aprobado por la Unión Europea para el tratamiento de la endometriosis.4
La eficacia y seguridad de dienogest 2 mg ha sido evaluada en 13 estudios clínicos a largo plazo con la inclusión de 2.031 mujeres tratadas (Figura 2). 4
- 13 estudios clínicos a largo plazo
- Duración entre 1 y 5 años
- 2.031 mujeres tratadas
Figura 2. Estudios clínicos de dienogest hasta el año 2018 para el tratamiento a largo plazo de la endometriosis 4
Hasta el año 2018, se contabilizaban 13 estudios clínicos de dienogest para el tratamiento a largo plazo de la endometriosis.4
El promedio de duración del seguimiento en estos estudios era de 21 meses, con un rango desde 12 a 60 meses (5 años).4
Los estudios han demostrado que dienogest 2 mg es altamente eficaz para reducir: 4, 9-12
• El dolor crónico
• La dismenorrea
• La dispareunia asociada a la endometriosis
De igual forma, la administración a largo plazo de dienogest 2 mg mejora la calidad de vida de las pacientes.13
El tratamiento durante dos años con dienogest 2 mg demostró disminuir de forma progresiva el dolor crónico asociado a la endometriosis (Figura 3). 11
Figura 3. Cambios en los puntajes de dolor medidos con la EVA (escala visual análoga) en pacientes con endometriosis y dolor crónico11
Escala visual análoga

De igual forma, dienogest 2 mg (#7030A0), disminuye la dismenorrea logrando una reducción progresiva de la misma en 50,3%, 74,5%, 87,2%, 94,6% y 95,5% a los 3, 6, 12, 18 y 24 meses de tratamiento, respectivamente. (Figura 4)
Un control similar se logra para la dispareunia, llegando a una reducción de 74,4% a los 2 años (Figura 4). 11
Figura 4. Reducción de dismenorrea y dispareunia con dienogest 2 mg entre el 3er mes y el mes 24 de tratamiento 11

DIENOMET CONTROL EN MENOR TIEMPO DE LOS SÍNTOMAS2,4
Dienomet. Dienogest tabletas por 2 mg – 28 tabletas. Indicaciones: Tratamiento de la endometriosis Contenido: cada tableta contiene dienogest 2 mg. Excipientes c.s. Contraindicaciones y advertencias: antecedentes de tromboflebitis de las venas profundas y trastornos trombo-embólicos, arteriopatía de las coronarias o enfermedad cerebrovascular, carcinoma mamario conocido o sospechado, neoplasia estrógeno-dependiente conocida o sospechada, hemorragia vaginal anormal sin diagnosticar. Embarazo conocido o sospechado, perturbación de la función hepática, antecedentes de ictericia idiopática del embarazo, síndrome de dubin-jhonson, trastorno del metabolismo de la grasa, antecedentes de herpes del embarazo, diabetes y otoesclerosis con empeoramiento durante el embarazo. Dosis: según prescripción médica. Vía de administración: oral. Venta bajo fórmula médica. Manténgase fuera del alcance de los niños. Almacénese a no más de 30°C. Registro sanitario INVIMA 2022M-0012966-R2. Elaborado por Lafrancol S.A.S Cali – Colombia.
Referencias
Referencias: 1. Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos. Dienomet. Resumen de características de producto (RCP) en medicamentos. [en línea]. Disponible en: www.invima.gov.co Consultado: 17 02 2021. 2. Foster RH. Dienogest. Drugs 1998: 56: 825-33. 3. Zondervan KT, Becker CH, Missmer SA. Endometriosis. N Engl J Med 2020; 382: 1244-56. 4. Murjy A, Biberoğlu K, Leng J, et al. Use of dienogest in endometriosis: a narrative literature review and expert commentary. Curr Med Res Opin 2020; 36: 895-907. 5. Della Corte L, Di Filippo C, Gabrielli O, et al. The Burden of Endometriosis on Women’s Lifespan: A Narrative Overview on Quality of Life and Psychosocial Wellbeing. Int J Environ Res Public Health 2020; 17(13):4683. 6. National Institute for Health and Care Excellence. Endometriosis: diagnosis and management. [en línea]. Disponible en: https://www.nice.org.uk/guidance/ng73/resources/endometriosis-diagnosis-and-management-pdf-1837632548293 Consultado: 17 02 2021. 7. Amstrong C. ACOG Updates Guideline on Diagnosis and Treatment of Endometriosis. Am Fam Phys J 2011: 83; 84-5. 8. Dunselman GA, Vermeulen N, Becker C, et al. ESHRE guideline: management of women with endometriosis. Hum Reprod 2014; 29: 400-12. 9. Andres MP, Alves L, Chada E, Podgaec S. Dienogest in the treatment of endometriosis: systematic review. Arch Gynecol Obstet 2015; 292: 523-29. 10. Heinemann K, Imthurn B, Marions L, et al. Safety of Dienogest and Other Hormonal Treatments for Endometriosis in Real-World Clinical Practice (VIPOS): A Large Noninterventional Study. Adv Ther 2020; 37: 2528-37. 11. Römer T. Long-term treatment of endometriosis with dienogest: retrospective analysis of ecacy and safety in clinical practice. Arch Gynecol Obstet 2018; 298: 747-53. 12. Techatraisak K, Hestiantoro A, Ruey S, et al. Eectiveness of dienogest in improving quality of life in Asian women with endometriosis (ENVISIOeN): interim results from a prospective cohort study under real-life clinical practice. BMC Womens Healt 2019; 19(1):68. 13. Caruso S, Iraci M, Cianci S, et al. Eects of long-term treatment with Dienogest on the quality of life and sexual function of women aected by endometriosis-associated pelvic pain. J Pain Res 2019; 12: 2371-78.
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Depresión post parto ¿Asunto de hormonas o factores psicosociales?

Después del parto se presenta una rápida disminución hormonal que puede contribuir a la aparición de la depresión en las mujeres que son susceptibles, de hecho, las fluctuaciones hormonales posiblemente aporten varios factores que intervengan en el desarrollo de la depresión posparto (DPP). No obstante, los factores que han mostrado una mayor asociación con esta son de tipo psicosocial, por lo que las intervenciones psicoterapéuticas son recomendadas como el tratamiento de primera línea debido al menor riesgo de efectos secundarios en el recién nacido, en comparación con el uso de psicofármacos en mujeres lactantes.1, 2
En cuanto a la efectividad de la hormonoterapia, los estudios no son concluyentes, puesto que las muestras poblacionales, en las que la administración de estrógenos ha mostrado un beneficio, son pequeñas.2 Por lo tanto, el abordaje adecuado de la DPP demanda un mayor reconocimiento e interés por los aspectos psicológicos de todas las mujeres gestantes desde los controles prenatales, momento en el que se pueden identificar factores de riesgo como antecedentes de depresión, sintomatología ansiosa durante el embarazo, falta de apoyo familiar o social y eventos vitales traumáticos, entre otros. El hecho de darle mayor importancia a la salud mental perinatal constituye una valiosa estrategia de prevención que beneficia tanto a la madre como al bebé en cuanto a una mejor interacción de la díada, al desarrollo de vínculos sanos y al bienestar integral.2
Los profesionales de la salud son piedras angulares en el abordaje de la DPP, ya que cuando las madres desarrollan una relación de confianza con ellos están más dispuestas a pedir y recibir ayuda. Para ello, la sensibilidad, empatía y escucha asertiva son determinantes. Una frase o un gesto pueden dar cuenta de síntomas depresivos que tratados a tiempo evitan desenlaces adversos.1
Algunas madres solo manifiestan sentimientos de tristeza o melancolía en los primeros 3 a 5 días después del nacimiento de sus hijos, lo que no significa que tengan depresión. En estos casos, el personal de salud debe estar atento para reconfortar a las madres informándoles que esos sentimientos desaparecerán en las próximas 2 semanas. Sin embargo, es necesario hacerles seguimiento, de ser posible, cada semana durante el primer mes.1
Si a todas las madres se les enseña a reconocer los síntomas de la DPP y se les pregunta sobre sus sentimientos, antes y después del parto, es posible hacer una identificación temprana y brindar un tratamiento oportuno.1
Referencias
- Ceriani-Cernadas JM. Depresión postparto, los riesgos y su temprana detección. Arch Argent Pediatr. 2020;118(3):154-155.
- Mendoza C, Saldivia S. Actualización en depresión postparto: el desafío permanente de optimizar su detección y abordaje. Rev Med Chile.2015;143:887-894.
La Rueda del Cambio Comportamental: un marco para mejorar la adherencia a la terapia para la menopausia

El marco denominado Rueda del Cambio Comportamental (BCW, por sus siglas en inglés) es un modelo útil para comprender la baja adherencia y caracterizar la adherencia a los tratamientos.
La BCW destaca la importancia de abordar las inquietudes específicas de las pacientes sobre sus terapias para la menopausia.
La baja adherencia es una problemática comportamental, y aunque la información en la literatura científica sobre las intervenciones para el manejo de la menopausia es limitada, los hallazgos para las intervenciones de enfermedad crónica pueden ser un sustituto útil, dada la similitud de los síntomas en términos de complejidad, duración y variabilidad. Se han desarrollado numerosas iniciativas de apoyo para ayudar a los pacientes con enfermedades crónicas a cambiar sus comportamientos, y muchos de estos programas han demostrado resultados positivos. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para mejorar las intervenciones mediante la incorporación de marcos conductuales mejores y más aplicables.1,2 A pesar de que los marcos conductuales enfocados en mejorar el conocimiento del paciente brindan ciertas consideraciones, su conceptualización incompleta del problema tiende a resultar en intervenciones que demuestran una capacidad limitada de cambio comportamental.
La Rueda del Cambio Comportamental (BCW) fue desarrollada para abordar esta necesidad de un marco integral y validado con el que se pueda evaluar el comportamiento, diseñar intervenciones y valorar la eficacia de la intervención.2 La BCW es el marco más integral e inclusivo disponible para los profesionales de la salud que deseen tomar acciones concretas para apoyar a sus pacientes.
El modelo COM-B (capacidad, oportunidad, motivación y comportamiento, por sus siglas en inglés) de la BCW fue desarrollado a partir de varios marcos de cambio comportamental que han sido y siguen siendo utilizados, tales como el Modelo de Creencias en Salud (MCS) y la Teoría del Comportamiento Planificado (TCP). Sin embargo, estos marcos previos no abordan los importantes papeles que desempeñan la impulsividad, los hábitos, el autocontrol, el aprendizaje asociativo y el procesamiento emocional, cosa que sí hace la BCW.2
La BCW, propuesta en el 2011 por Susan Michie, Maartje M. van Stralen y Robert West, es un marco integral pero directo que puede ser aplicado a casi cualquier comportamiento humano. En el corazón de esta herramienta dinámica hay tres componentes fundamentales, conocidos como COM-B (en inglés): capacidad, oportunidad y motivación (COM, en inglés), que explican o influencian un comportamiento dado (B, en inglés).3
- La capacidad es comprendida como la capacidad psicológica y física de un individuo para ejecutar un comportamiento o actividad específica.4 Por ejemplo, una paciente que padece de síntomas menopáusicos y depresión puede tener una menor capacidad psicológica para ser adherente.
- La oportunidad consiste en los factores sociales y físicos objetivos que obstaculizan, facilitan o incitan un comportamiento específico de manera externa.4 Por ejemplo, las pacientes con síntomas menopáusicos pueden no ser adherentes debido a factores físicos o sociales tales como la localización o el costo de la terapia.
- La motivación incorpora procesos automáticos, que involucran emociones e impulsos, y procesos reflexivos, que incluyen la planeación y evaluación de planes.4 Por ejemplo, las pacientes que están atravesando la transición a la menopausia pueden no ser adherentes a la terapia en la ausencia de síntomas porque la naturaleza intermitente de su condición significa que carecen del estímulo automático que fomenta la adherencia. El estímulo automático corresponde al proceso del “Sistema 1” propuesto por Kahneman, mientras que el proceso reflexivo corresponde a su “Sistema 2”.
La BCW está compuesta por varias capas. Una de estas enumera varias funciones de intervención, incluyendo la pedagogía y capacitación, que también son componentes comunes de la mayoría de intervenciones para mejorar la adherencia al medicamento. Otra de estas incluye categorías de políticas tales como guías clínicas y legislación. Los componentes del marco de la BCW se combinan para interactuar en una manera no lineal,2 y este modelo ha sido exitosamente aplicado en el desarrollo de intervenciones para mejorar la adherencia.
El marco de la BCW es un enfoque simple e integral para mejorar la adherencia, la cual proporciona un enfoque simplificado, práctico y analítico para comprender los comportamientos del paciente asociados a la adherencia. Esta permite crear un modelo de adherencia que indica cómo se puede influenciar el comportamiento de mejor manera. Los ejemplos aquí presentados demuestran que las intervenciones efectivas para mejorar la adherencia en el manejo de los síntomas menopáusicos necesitan abordar la comprensión y las creencias de las pacientes sobre su condición y tratamiento, las cuales son altamente específicas.
*Nota: no se halló una validación del modelo comportamental por fuentes externas en la literatura científica.
Referencias
- Bart J.F. van den Bemt, Hanneke E. Zwikker, & Cornelia H.M. van den Ende “Medication adherence in patients with rheumatoid arthritis: A critical appraisal of the existing literature,” Expert Review of Clinical Immunology, 2012, (8):4,. 337–351. 10.1586/eci.12.23
- Susan Michie et al. (2011). “The behaviour change wheel: A new method for characterising and designing behaviour change interventions.” Implementation Science, (6):42. 10.1186/1748-5908-6-42
- Christina Jackson et al. (2014). “Applying COM-B to medication adherence: a suggested framework for research and interventions,” The European Health Psychologist, (16):1, https://atlantishealthcare.com/AtlantisHealthcare/media/pdf/Jackson-et-al- 2014.pdf 7–17.
- Thekla Brunkert et al. (2020). “A contextual analysis to explore barriers and facilitators of pain management in Swiss nursing homes.” Journal of Nursing Scholarship, (52):1, 14–22. 10.1111/jnu.12508
- Hunter, Myra, and Melanie Smith in collaboration with the British Menopause Society. Cognitive Behaviour Therapy (CBT) for menopausal symptoms: Information for GPs and health professionals. Post Reproductive Health 2017;23(2):83-84.
- Santana L, Fontenelle LF. A review of studies concerning treatment adherence of patients with anxiety disorders [published correction appears in Patient Prefer Adherence. 2012;6:153]. Patient Prefer Adherence. 2011;5:427-439.
El deseo bajo el poder de las hormonas

La evaluación clínica es la única herramienta y oportunidad para detectar un trastorno sexual, considerando que en la transición que experimenta la mujer hacia la menopausia no solo se presentan alteraciones hormonales sino cambios en su contexto familiar, social y de pareja, los cuales influyen en su respuesta sexual.3, 4
Cuando la sexualidad es una fuente de estrés y la relación de pareja parece debilitarse cada vez más, en la base puede estar la disfunción sexual femenina (DSF), un conjunto de trastornos psicosomáticos que impiden disfrutar las experiencias sociales. Dentro de la DSF hay 4 tipos de trastornos: del deseo, de la excitación, del orgasmo y del dolor durante la relación sexual.1, 2
La DSF puede presentarse incluso en mujeres jóvenes, sin embargo, varios estudios concluyen que el desinterés por la sexualidad aumenta con la edad y se relaciona con una menor calidad de vida, insatisfacción y poca felicidad. Especialmente, con la llegada de la menopausia se triplica el riesgo de sufrir un trastorno sexual y, en este punto, tanto los tratamientos hormonales como las terapias dirigidas al bienestar emocional influyen en la calidad de la actividad sexual.2
Pero, a pesar de que los trastornos sexuales tienen solución, menos de la mitad de las mujeres hablan abiertamente del tema con su médico. Ahora bien, dado que la DSF tiene diferentes causas, el diagnóstico y el tratamiento deben ser multidisciplinarios.2, 3
Entre las razones más comunes que afectan el disfrute de la sexualidad se encuentran la maximización de los cambios fisiológicos derivados de la caída de los niveles de estrógenos, la percepción social de que el ejercicio de la sexualidad es exclusivo de los jóvenes, problemas de la pareja, como eyaculación precoz y disfunción eréctil, conflictos dentro de la relación de pareja y conductas de evitación de algunas mujeres que nunca han disfrutado verdaderamente su sexualidad.2
En el ámbito clínico, la sexualidad femenina debe tener un espacio relevante que reconozca la importancia que esta tiene para la calidad de vida. Un aspecto fundamental en este abordaje es la diferenciación de cuáles síntomas están asociados con el cese de la función estrogénica y cuáles no, para, de este modo, ofrecer tratamientos e intervenciones eficaces centrados en la mujer y en lo que ella desea para su vida.2
Referencias
- Velásquez A, Cabrera J, Enríquez L, Peña S. Cartilla educativa informativa acerca de las disfunciones sexuales femeninas [Tesis de grado]. Bogotá:Universidad Católica de Colombia; 2021. Disponible en: https://bit.ly/3A6aINH
- Aldana E, Cervantes G. Disfunciones y trastornos sexuales en mujeres en climaterio: pacientes del Instituto Nacional de Perinatología. Revista Colombiana de Ciencias Sociales. 2021;12(2):563-87. Colombiana de Ciencias Sociales. 2021;12(2):563-87.
- Mancilla A, De la Torre P. Disfunciones sexuales femeninas. Guía de práctica clínica. Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia. 2018;82-100.
- Espitia F. Fisiopatología del trastorno del deseo sexual en el climaterio. Rev. Méd. Risaralda. 2018;23(1):58-60.
El efecto antimineralocorticoide es una de las claves de la arquitectura hormonal

En combinación con etinilestradiol, la drospirenona produce un mayor incremento de la aldosterona plasmática y un aumento de la actividad de la renina. Al provocar natriuresis, influye positivamente en el peso corporal y la tensión arterial, ya que evita las variaciones secundarias a la retención hídrica. En síntesis, se produce una disminución de los efectos relacionados con el sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) de retención de sodio y agua, lo que también ayuda a disminuir algunos síntomas relacionados con el ciclo menstrual, como la tensión mamaria.1,2
Referencias
1. Oelkers W. Drospirenone, a progestogen with antimineralocorticoid properties: a short review. Mol Cell Endocrinol. 2004 Mar 31;217(1-2):255-61.
2.Machado RB, Pompei Lde M, Giribela AG, et al. Drospirenone/ethinylestradiol: a review on efficacy and noncontraceptive benefits. Womens Health (Lond). 2011;7(1):19-30.
La arquitectura hormonal para el control de los síntomas emocionales en el síndrome disfórico premenstrual
Drospirenona 3 mg/Etinilestradiol 20 μg y control emocional

Las mujeres con síndrome disfórico premenstrual presentan síntomas del estado de ánimo, como labilidad emocional, sensación de depresión, disminución del interés, ansiedad, confusión, retraimiento social, los cuales pueden ser incapacitantes. Los resultados de los estudios, que han evaluado los efectos de drospirenona 3 mg/etinilestradiol 20 μg en un régimen 24/4 sobre los síntomas emocionales y físicos del síndrome disfórico premenstrual, muestran una importante disminución de las puntuaciones totales de dichos síntomas, en comparación con placebo, además de una notable superioridad en todos los ítems del deterioro funcional. (1,2)
Referencias
1. Bachmann G, Kopacz S. Drospirenone/ethinyl estradiol 3 mg/20 μg (24/4 day regimen): hormonal contraceptive choices – use of a fourth-generation progestin. Patient Prefer Adherence. 2009;3:259-64.
2. Rapkin AJ, McDonald M, Winer SA. Ethinyl estradiol/drospirenone for the treatment of the emotional and physical symptoms of premenstrual dysphoric disorder. Womens Health (Lond). 2007;3(4):395-408.
Trastornos de humor en el embarazo
Diferentes estudios nos muestran que las tasas de depresión prenatales son iguales o más altas que las tasas de depresión postparto. ¡Conozca como acompañar a sus pacientes en este proceso en este primer episodio!