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Luvox® aliado en el tratamiento de trastorno depresivo mayor con desordenes de ansiedad y trastornos del sueño
¿Podría ser LUVOX® (Fluvoxamina) una opción de tratamiento efectivo para sus pacientes con trastorno depresivo mayor que también tienen comorbilidades como desordenes de ansiedad y trastornos del sueño?
Pacientes con trastorno depresivo mayor, pueden experimentar síntomas tales como ansiedad y trastorno del sueño1-3.
Los síntomas de la ansiedad son asociados con una mayor severidad de la enfermedad y menor respuesta al tratamiento en pacientes condepresión.4,5
¿Cuáles son sus mayores consideraciones en el momento de escoger un tratamiento para sus pacientes con trastorno depresivo mayor?
En este tipo de pacientes, la fluvoxamina ha mostrado ser una opción de tratamiento efectivo con un perfil establecido deseguridad.6-9
LOS TRASTORNOS DEPRESIVOS SON UNA DE LAS PRINCIPALES CAUSAS DEENFERMEDAD Y UNA PRIORIDAD PARA LA SALUD MUNDIAL10,11
En Latinoamérica y el Caribe los trastornos depresivos han aumentado 34,8% y los trastornos de ansiedad 31,7%10,11.
- 85% de los pacientes con depresión presentan trastorno de ansiedad.12
- 90% de los pacientes con trastorno de ansiedad tienen depresión12.
- 90% de los pacientes con trastornos depresivos presentan insomnio12.
A nivel global, se estima que el 5% de la población adulta se ve afectado depresión10. En Colombia cerca de 2 millones de Colombianos sufren de depresión y es la segunda causa de carga de enfermedad en Colombia13.
Referencias
1.Thaipisuttikul, Ittasukul P, Waleeprakon P, et al. Psychiatric comorbidities in patients with major depressive disorder.Neuropsychiatr Dis Treat. 2014;10:2091-2103
2.McGinchey EL, Reyes-Portillo JA, Turner JB, et al. Innovations in Practice:The relationship between sleep disturbances, depression and interpersonal functioning in treatment for adolescentdepression. Child Adolesc Ment Health. 2017;22(2):96-99.
3.Penninx BWJH, Milaneschi Y, Lamers F, et al. Understandingthe somatic consequences of depression: biological mechanisms and the role of depression symptom profile. BMC Med2013;11:129.
4.Penninx BWJH, Nolen WA, Lamers F, et al. Two-year course of depressive and anxiety disorders: Resultsfrom the Netherlands Study of Depression and Anxiety (NESDA). J Affect Disord. 2011;133(1-2): 76-85.
5.Andreescu C,Lenze EJ, Dew MA, et al. Effect of comorbid anxiety on treatment response and relapse risk in late-life depression:controlled study. Br J Psychiatry. 2007; 190:334-349.
6.Terra JL and Montogomery SA. Fluvoxamine prevents recurrence ofdepression: results of a long-term, double-blind, placebo-controlled study study. Int J Psychopharmacol. 1998; 13(2):55-62.
7.Kasper S and Heiden A. Do SSRIs Differ in their Antidepressant Efficacy. Hum Psychopharmacol. 1995;10(S3):S163-S172.
8.Smulevich AB and Ilyina NA, Chitlova VV. Fluvoxamine in Treatment of Depression in Russian Patients: An Opel-Label,Uncontrolled and Non-Randomized Multicenter Observational Study. Open Journal of Psychiatry 2015;5:320-329.
9.Buchberger R and Wagner W. Fluvoxamine: Safety profile in extensive post marketing surveillance. Pharmacopsychiatry.2002;35(3):101-108.
10.Word Health Organization. Depression factsheet.September 2021. Available at: https://www.who.int/news-room/-fact-sheets/detail/depression. Accessed December2022.19.COVID-11 Mental Disorders Collaborators. Global prevalence and burder of depressive and anxiety disorders in 204countries and territories in 2020 due to the COVID-19 pandemic. Lancet. 2021 Nov6;398(10312):1700-1712.
11.Tiller JW.Depression and anxiety. Med J Aust. 2013 Sep 16;199(S6): S28-31.cou:10.5694/mja12.10628. PMID:25370281.
12..https://www.minsalud.gov.co/Paginas/ Minsalud-comprometidos-con-la-salud-mental-de-los-colombianos.aspxconsultado el 12 de septiembre de 2023
Otros beneficios de la terapia con testosterona
Depresión post parto ¿Asunto de hormonas o factores psicosociales?
Después del parto se presenta una rápida disminución hormonal que puede contribuir a la aparición de la depresión en las mujeres que son susceptibles, de hecho, las fluctuaciones hormonales posiblemente aporten varios factores que intervengan en el desarrollo de la depresión posparto (DPP). No obstante, los factores que han mostrado una mayor asociación con esta son de tipo psicosocial, por lo que las intervenciones psicoterapéuticas son recomendadas como el tratamiento de primera línea debido al menor riesgo de efectos secundarios en el recién nacido, en comparación con el uso de psicofármacos en mujeres lactantes.1, 2
En cuanto a la efectividad de la hormonoterapia, los estudios no son concluyentes, puesto que las muestras poblacionales, en las que la administración de estrógenos ha mostrado un beneficio, son pequeñas.2 Por lo tanto, el abordaje adecuado de la DPP demanda un mayor reconocimiento e interés por los aspectos psicológicos de todas las mujeres gestantes desde los controles prenatales, momento en el que se pueden identificar factores de riesgo como antecedentes de depresión, sintomatología ansiosa durante el embarazo, falta de apoyo familiar o social y eventos vitales traumáticos, entre otros. El hecho de darle mayor importancia a la salud mental perinatal constituye una valiosa estrategia de prevención que beneficia tanto a la madre como al bebé en cuanto a una mejor interacción de la díada, al desarrollo de vínculos sanos y al bienestar integral.2
Los profesionales de la salud son piedras angulares en el abordaje de la DPP, ya que cuando las madres desarrollan una relación de confianza con ellos están más dispuestas a pedir y recibir ayuda. Para ello, la sensibilidad, empatía y escucha asertiva son determinantes. Una frase o un gesto pueden dar cuenta de síntomas depresivos que tratados a tiempo evitan desenlaces adversos.1
Algunas madres solo manifiestan sentimientos de tristeza o melancolía en los primeros 3 a 5 días después del nacimiento de sus hijos, lo que no significa que tengan depresión. En estos casos, el personal de salud debe estar atento para reconfortar a las madres informándoles que esos sentimientos desaparecerán en las próximas 2 semanas. Sin embargo, es necesario hacerles seguimiento, de ser posible, cada semana durante el primer mes.1
Si a todas las madres se les enseña a reconocer los síntomas de la DPP y se les pregunta sobre sus sentimientos, antes y después del parto, es posible hacer una identificación temprana y brindar un tratamiento oportuno.1
Referencias
- Ceriani-Cernadas JM. Depresión postparto, los riesgos y su temprana detección. Arch Argent Pediatr. 2020;118(3):154-155.
- Mendoza C, Saldivia S. Actualización en depresión postparto: el desafío permanente de optimizar su detección y abordaje. Rev Med Chile.2015;143:887-894.
La Rueda del Cambio Comportamental: un marco para mejorar la adherencia a la terapia para la menopausia
El marco denominado Rueda del Cambio Comportamental (BCW, por sus siglas en inglés) es un modelo útil para comprender la baja adherencia y caracterizar la adherencia a los tratamientos.
La BCW destaca la importancia de abordar las inquietudes específicas de las pacientes sobre sus terapias para la menopausia.
La baja adherencia es una problemática comportamental, y aunque la información en la literatura científica sobre las intervenciones para el manejo de la menopausia es limitada, los hallazgos para las intervenciones de enfermedad crónica pueden ser un sustituto útil, dada la similitud de los síntomas en términos de complejidad, duración y variabilidad. Se han desarrollado numerosas iniciativas de apoyo para ayudar a los pacientes con enfermedades crónicas a cambiar sus comportamientos, y muchos de estos programas han demostrado resultados positivos. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para mejorar las intervenciones mediante la incorporación de marcos conductuales mejores y más aplicables.1,2 A pesar de que los marcos conductuales enfocados en mejorar el conocimiento del paciente brindan ciertas consideraciones, su conceptualización incompleta del problema tiende a resultar en intervenciones que demuestran una capacidad limitada de cambio comportamental.
La Rueda del Cambio Comportamental (BCW) fue desarrollada para abordar esta necesidad de un marco integral y validado con el que se pueda evaluar el comportamiento, diseñar intervenciones y valorar la eficacia de la intervención.2 La BCW es el marco más integral e inclusivo disponible para los profesionales de la salud que deseen tomar acciones concretas para apoyar a sus pacientes.
El modelo COM-B (capacidad, oportunidad, motivación y comportamiento, por sus siglas en inglés) de la BCW fue desarrollado a partir de varios marcos de cambio comportamental que han sido y siguen siendo utilizados, tales como el Modelo de Creencias en Salud (MCS) y la Teoría del Comportamiento Planificado (TCP). Sin embargo, estos marcos previos no abordan los importantes papeles que desempeñan la impulsividad, los hábitos, el autocontrol, el aprendizaje asociativo y el procesamiento emocional, cosa que sí hace la BCW.2
La BCW, propuesta en el 2011 por Susan Michie, Maartje M. van Stralen y Robert West, es un marco integral pero directo que puede ser aplicado a casi cualquier comportamiento humano. En el corazón de esta herramienta dinámica hay tres componentes fundamentales, conocidos como COM-B (en inglés): capacidad, oportunidad y motivación (COM, en inglés), que explican o influencian un comportamiento dado (B, en inglés).3
- La capacidad es comprendida como la capacidad psicológica y física de un individuo para ejecutar un comportamiento o actividad específica.4 Por ejemplo, una paciente que padece de síntomas menopáusicos y depresión puede tener una menor capacidad psicológica para ser adherente.
- La oportunidad consiste en los factores sociales y físicos objetivos que obstaculizan, facilitan o incitan un comportamiento específico de manera externa.4 Por ejemplo, las pacientes con síntomas menopáusicos pueden no ser adherentes debido a factores físicos o sociales tales como la localización o el costo de la terapia.
- La motivación incorpora procesos automáticos, que involucran emociones e impulsos, y procesos reflexivos, que incluyen la planeación y evaluación de planes.4 Por ejemplo, las pacientes que están atravesando la transición a la menopausia pueden no ser adherentes a la terapia en la ausencia de síntomas porque la naturaleza intermitente de su condición significa que carecen del estímulo automático que fomenta la adherencia. El estímulo automático corresponde al proceso del “Sistema 1” propuesto por Kahneman, mientras que el proceso reflexivo corresponde a su “Sistema 2”.
La BCW está compuesta por varias capas. Una de estas enumera varias funciones de intervención, incluyendo la pedagogía y capacitación, que también son componentes comunes de la mayoría de intervenciones para mejorar la adherencia al medicamento. Otra de estas incluye categorías de políticas tales como guías clínicas y legislación. Los componentes del marco de la BCW se combinan para interactuar en una manera no lineal,2 y este modelo ha sido exitosamente aplicado en el desarrollo de intervenciones para mejorar la adherencia.
El marco de la BCW es un enfoque simple e integral para mejorar la adherencia, la cual proporciona un enfoque simplificado, práctico y analítico para comprender los comportamientos del paciente asociados a la adherencia. Esta permite crear un modelo de adherencia que indica cómo se puede influenciar el comportamiento de mejor manera. Los ejemplos aquí presentados demuestran que las intervenciones efectivas para mejorar la adherencia en el manejo de los síntomas menopáusicos necesitan abordar la comprensión y las creencias de las pacientes sobre su condición y tratamiento, las cuales son altamente específicas.
*Nota: no se halló una validación del modelo comportamental por fuentes externas en la literatura científica.
Referencias
- Bart J.F. van den Bemt, Hanneke E. Zwikker, & Cornelia H.M. van den Ende “Medication adherence in patients with rheumatoid arthritis: A critical appraisal of the existing literature,” Expert Review of Clinical Immunology, 2012, (8):4,. 337–351. 10.1586/eci.12.23
- Susan Michie et al. (2011). “The behaviour change wheel: A new method for characterising and designing behaviour change interventions.” Implementation Science, (6):42. 10.1186/1748-5908-6-42
- Christina Jackson et al. (2014). “Applying COM-B to medication adherence: a suggested framework for research and interventions,” The European Health Psychologist, (16):1, https://atlantishealthcare.com/AtlantisHealthcare/media/pdf/Jackson-et-al- 2014.pdf 7–17.
- Thekla Brunkert et al. (2020). “A contextual analysis to explore barriers and facilitators of pain management in Swiss nursing homes.” Journal of Nursing Scholarship, (52):1, 14–22. 10.1111/jnu.12508
- Hunter, Myra, and Melanie Smith in collaboration with the British Menopause Society. Cognitive Behaviour Therapy (CBT) for menopausal symptoms: Information for GPs and health professionals. Post Reproductive Health 2017;23(2):83-84.
- Santana L, Fontenelle LF. A review of studies concerning treatment adherence of patients with anxiety disorders [published correction appears in Patient Prefer Adherence. 2012;6:153]. Patient Prefer Adherence. 2011;5:427-439.