Recuperando la intimidad en la menopausia
El síndrome genitourinario de la menopausia (SGUM) es una condición crónica y compleja que abarca los múltiples cambios que se producen en los tejidos genitourinarios durante el climaterio.1
Los síntomas, que varían de leves a severos y afectan la función genitourinaria y sexual, así como las relaciones y la calidad de vida, están directamente relacionados con la disminución de los niveles de estrógeno. Dado que los receptores de estrógeno están presentes en la vagina, la vulva, la musculatura del suelo pélvico, la fascia endopélvica, la uretra y el trígono de la vejiga, la deficiencia estrogénica trae como consecuencia cambios histológicos y anatómicos que provocan la reducción de la elasticidad vaginal, el aumento del pH vaginal, alteraciones en la flora vaginal, la disminución de la lubricación y, en general, una condición de vulnerabilidad a la irritación y al trauma físico.1
Síntomas del SGUM
- Síntomas vulvovaginales y sexuales1
- Sequedad vaginal
- Irritación y ardor genital
- Dispareunia
- Disminución de la lubricación en la actividad sexual
- Prurito vulvovaginal
- Malestar y dolor genital agudo
- Secreción vaginal anormal
- Sangrado poscoital
2. Síntomas urinarios1
- Urgencia urinaria
- Aumento de la frecuencia urinaria
- Nocturia
- Disuria
- Infecciones recurrentes del tracto urinario
SGUM y salud sexual
Los trastornos de la función sexual, definidos como la ausencia de fantasías y pensamientos sexuales o percepción de angustia frente a la actividad sexual, son relativamente comunes en las mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, pese a que varios estudios indican que alrededor del 50% de las mujeres en posmenopausia sufren síntomas sexuales que pueden llevar a una disfunción sexual, no siempre hay un diagnóstico adecuado.2
Los síntomas del SGUM tienen un impacto negativo en la capacidad de excitación, la capacidad de sentir placer y la satisfacción sexual. De hecho, las mujeres con síntomas vulvovaginales tienen más probabilidades de experimentar disfunción sexual debido a la dispareunia, la disminución de la lubricación y el sangrado después del coito.2,3
Sexualidad en tiempo presente
La sexualidad desempeña un papel importante en el bienestar emocional, la autoimagen y la calidad de vida, independientemente de la edad. Por lo tanto, las mujeres con síntomas vulvovaginales y sexuales deben recibir tratamiento, no solo para resolver las molestias físicas, sino también para mejorar su autoestima, su bienestar sexual y emocional y otros aspectos que impactan la calidad de vida.2
Según la intensidad de los síntomas y las características individuales, el tratamiento puede ser no hormonal, con lubricantes y humectantes, o con terapia estrogénica vaginal o sistémica.1
Los tratamientos no hormonales son efectivos para la mayoría de las mujeres con síntomas leves, mientras que la terapia con estrógenos vaginales es el tratamiento más eficaz para los síntomas moderados y graves, puesto que favorece el restablecimiento del trofismo vulvovaginal.1
Cuando existen problemas complejos de abordar, que incluyen la disfunción sexual, es necesaria una atención con enfoque multidisciplinario con el fin de asesorar, educar y brindar un tratamiento que les permita a las mujeres conjugar la sexualidad en tiempo presente.1
Referencias
- Valadares ALR, Kulak Junior J, Paiva LHSDC, et al. Genitourinary Syndrome of Menopause. Rev Bras Ginecol Obstet. 2022;44(3):319-324.
- Kasano JPM, Crespo HFG, Arias RAR, et al. Genitourinary syndrome in menopause: Impact of vaginal symptoms. Turk J Obstet Gynecol. 2023;20(1):38-45.
- Wasnik VB, Acharya N, Mohammad S. Genitourinary Syndrome of Menopause: A Narrative Review Focusing on Its Effects on the Sexual Health and Quality of Life of Women. Cureus. 2023;15(11):e48143