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Cómo recomendar la actividad física en cada una de sus pacientes  

Salud Femenina
Dos mujeres corriendo en el parque

El ejercicio físico es un método efectivo y de bajo riesgo tanto para prevenir el aumento de peso como para mantener la pérdida en las mujeres con sobrepeso u obesidad. Cuando el ejercicio provoca el gasto de más de 2000 kcal por semana, el riesgo de mortalidad se reduce en un 28% a través de diferentes efectos directos e indirectos sobre la reducción de los factores de riesgo cardiovasculares. Uno de esos efectos es el aumento de la capacidad cardiorrespiratoria, lo que significa que el incremento progresivo del consumo máximo de oxígeno (VO2máx) disminuye el riesgo relativo de mortalidad.1,2 

Ejercitarse es ganar más tiempo de vida 

De acuerdo con los datos del American College of Sports Medicine, el Nurses’ Health Study y el Women’s Health Initiative, caminar es un tipo de ejercicio aeróbico seguro que reduce el peso y el porcentaje de grasa corporal.1  

Por su parte, en un estudio que evaluó los efectos del ejercicio físico sobre la salud, a corto (dos semanas) y mediano plazo (tres meses), de mujeres mayores de 55 años, se demostró:2  

  • En solo dos semanas de actividad física organizada, las mujeres sedentarias lograron cambios somáticos positivos, un aumento de la forma física y la capacidad aeróbica, una modificación favorable de los indicadores de síndrome metabólico y una reducción del riesgo absoluto de eventos cardíacos.2 
  • Las mujeres sedentarias, con sobrepeso u obesidad, baja capacidad aeróbica, poca resistencia al ejercicio, una alta incidencia de factores de síndrome metabólico y un alto riesgo de eventos cardíacos lograron reducciones significativas de la obesidad central, así como un aumento de la capacidad aeróbica, una modificación favorable del perfil lipídico y una reducción importante del riesgo absoluto de muerte, a 10 años, por causas cardíacas.2 

Beneficios del ejercicio físico sobre los factores de riesgo cardiovasculares y metabólicos durante el climaterio  

Mujeres con hipertensión arterial  

  • Adaptaciones vasculares funcionales y estructurales que ayudan a mantener o a normalizar los niveles de presión arterial.1  
  • Menor rigidez arterial.1  

Mujeres con dislipidemias  

  • La práctica regular de ejercicio aeróbico, durante 30- 45 minutos por sesión, y el entrenamiento muscular de resistencia, contribuyen a la normalización de las diferentes alteraciones del perfil lipídico.1 

Mujeres con diabetes y resistencia a la insulina  

  • Doble efecto del ejercicio tipo aeróbico y de adaptación muscular:1  
    • Efecto indirecto a través de la disminución del peso graso, el estado inflamatorio sistémico de bajo grado y el estrés oxidativo.  
    • Efecto directo gracias al aumento de la sensibilidad de los receptores de insulina. 

    Mujeres con obesidad  

    • La práctica de ejercicio aeróbico y muscular disminuye el peso graso y aumenta el peso magro, lo que revierte o ralentiza el proceso de sarcopenia.1 

    Referencias

    1. Mendoza N, de Teresa C, Cano A, et al. El ejercicio físico en la mujer durante la perimenopausia y la posmenopausia. MenoGuía AEEM. Primera edición: Junio 2016. Aureagràfic, s.l. Barcelona 2016. 
    2. Mazurek K, Żmijewski P, Kozdroń E, et al. Cardiovascular risk reduction in sedentary postmenopausal women during organised physical activity. Kardiol Pol. 2017;75(5):476-485